La Alianza Global es una declaración que se logró firmar durante la COP23 con lo cual se busca frenar la generación eléctrica a partir de los fósiles al 2030. Por un lado están los países que en los últimos años han venido trabajando en la transición hacia energías más limpias, para quienes esta alianza significa una meta ambiciosa y bastante apretada. Por otro lado están los países de América Latina para quienes esta alianza es un reto muy alto ya que la economía en muchos de estos países gira alrededor del modelo extractivista, al punto que tan sólo dos países de la región han firmado esta alianza,

Pese a que la quema de carbón es una de las principales fuentes de dióxido de carbono (CO2) de origen antropogénico, en las últimas décadas se ha visto una relación entre el aumento de la demanda y el alza del precio en el mercado global de los combustibles fósiles como petróleo, gas y carbón, así como de productos minerales, lo cual ha motivado a que se acelere la extracción de los mismos en muchos países de América Latina.

Según la International Energy Agency (IEA), en América Latina y el Caribe, en el 2015 la quema de carbón generó 185 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2), casi toda esta quema fue para generación de electricidad. Asimismo, según la organización Urgewald, en la región hay unos 18,000 mega vatios (MW) de capacidad instalada de carbón, de los cuales, México, Chile y Brasil albergan el 85% de tal infraestructura. Chile, Brasil, República Dominicana, Venezuela, Jamaica, Colombia y Panamá juntos, estarían añadiendo 8,000 MW de carboeléctricas antes del 2030. Y solamente en Brasil y México en el 2015 se emitió 486.229 y 472.017 kilotones de CO2 respectivamente, por lo cual según lo descrito previamente, nos encontraríamos en una afrenta al cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París y de salvaguardar la salud pública de los latinoamericanos.

Frente a esto, la iniciativa alentada por Canadá y Reino Unido llamada “Powering Past Coal Alliance” y firmada, un día antes de culminarse la COP23, por países como Reino Unido, Francia, Italia, Dinamarca y Austria, Costa Rica y México. Los grandes ausentes fueron China, India y Estados Unidos, quienes aún no están dispuestos a comprometerse con una eliminación total del carbono en sus matrices eléctricas. Mientras que muchos de los países en desarrollo, todavía están buscando construir nuevas plantas de carbón para llevar electricidad a quienes no la tienen.

Para tener una idea, según cifras de generación eléctrica de América Latina y el Caribe del World Bank, en 2014 la media del carbón en generación eléctrica fue del 6.5%. Países que estuvieron por encima de esa media fueron: Chile (35%), Colombia (10%), República Dominicana (13%), Guatemala (17%), México (11%) y Panamá (7%). Mientras que En 2014, China dependió en un 73% del carbón para la generación de su electricidad; India, 75%, y EEUU, 40%.

Para conocer sus apreciaciones acerca de la importancia y factibilidad del cumplimiento y la adhesión de demás países de la región a esta Alianza Global, conversamos con Tabaré Arroyo, director regional de Energías Sostenibles para América Latina y el Caribe de WWF.

América Latina frente al extractivismo

En América Latina aún persisten los proyectos extractivistas, los cuales generan ingresos para los gobiernos, los cuales en parte se han empleado para financiar gasto en políticas sociales enfocadas a reducir la pobreza y aumentar la equidad. Para Tabaré Arroyo, además de no verse muchos progresos al ejecutar dichas políticas, esta cultura extractivista ha desencadenado conflictos económicos, sociales, culturales y ambientales fuertes. Debido a estos proyectos, además, se han producido daños irreparables a la biodiversidad y a los recursos naturales, desplazamiento humano por pérdida de hogar, violación de derechos humanos, reducción de libertades políticas, merma a la identidad comunal y la habilidad de concebir formas distintas de desarrollo.

Cambio en la matriz con fuentes limpias, renovables en América Latina

Tabaré Arroyo comenta que si bien es cierto que en la actualidad las renovales han logrado escalar volviéndose más baratas y eficientes, en América Latina aún no se ve una gran revolución de estas energías. Esto es debido muchas veces a intereses particulares del sector eléctrico, quienes han incentivado la desconfianza sobre este tipo de energía, limitando su masificación en la región.

“Aún hay quienes piensan que las renovables no convencionales como la solar y eólica, por la variabilidad en la disponibilidad del sol o el viento, son un riesgo para los sistemas a pesar de que hay múltiples formas de resolverlas” indica Tabaré Arroyo,

Ejemplos como los vistos en Alemania e India con la solar o España y Uruguay con la eólica son una prueba de lo que indica Tabaré. Pese a las mencionadas barreras, en Chile, Brasil, Uruguay, Costa Rica y México las tecnologías de la solar y eólica han comenzado a despegar.

Señales de cambio en América Latina: México y Costa Rica a la vanguardia frente a la alianza global

Los únicos dos países de América Latina que han firmado la Alianza Global para frenar la producción energética a partir del carbón son México y Costa Rica. Para Tabaré Arroyo, que México, siendo un consumidor de carbón para propósitos eléctricos, haya firmado la alianza global demuestra la ambición del país por eliminar el carbón de su generación eléctrica en la próxima década.

Cabe resaltar que en Costa Rica desde el 2015 la electricidad es generada a partir de las renovables casi al 100%.

De Materializarse, tanto México como Costa Rica serán un ejemplo de consecución climática para toda la región indicó Tabaré Arroyo.

¿Y los demás países de América Latina?

Para Tabaré Arroyo, hay países que tendrán que poner quizás mayor empeño en sacar a este combustible de su matriz. Uno de los mejores ejemplos para Tabaré es Chile, pese a tener una generación eléctrica a partir de carbón de 35%, una de las mayores en América Latina, actualmente es uno de los países que están ya muy metidos en la transformación de la matriz eléctrica. En el último Climascopio del BID-BNEF, Chile se posicionó como el segundo país en desarrollo, en el mundo, y el primero en América Latina y el Caribe, en cuanto a desarrollo del mercado de renovables.

¿Y los grandes países líderes mundiales?

Tabaré Arroyo indica que para las grandes potencias como China, India y Estados Unidos, que no han firmado la alianza, resulta un reto enorme no sólo en términos energéticos sino de financiamiento y hasta sociales; muchos empleos se perderían. Asimismo, menciona la importancia de que la transición energética hacia las energías renovables en estos países, y en América Latina y el Caribe, sea no sólo costo eficiente sino que además deber salvaguardar la integridad ambiental, social y cultural de los involucrados.

Rol de los actores No estatales

Para Tabaré Arroyo, ahora mismo, estas son promesas climáticas, y para él los países podrán cumplirlos. Asimismo, él hace un llamado a la sociedad civil organizada, la academia, los trabajadores y los gobiernos sub-nacionales, los tan llamados “actores no estatales”, para que complementen los esfuerzos nacionales y trabajen juntos para implementar tales promesas y asegurar que se cumplan.