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Foto: Tais Gadea Lara / Climate Tracker

Fuera los contaminantes: intereses fósiles y "puertas giratorias"

A fin de evitar 'conflictos de intereses', la sociedad civil pide que se reglamente la participación de los lobbies de combustibles fósiles en las negociaciones climáticas

Publicado: 2018-05-25

Uno de los temas que se ha venido discutiendo alrededor de las negociaciones climáticas en los últimos años, y desde la firma del Acuerdo de París, consiste en la inclusión de los intereses de grupos de combustibles fósiles en la mesa de negociaciones.  

Este año, tras la última sesión de la Convención Marco de Naciones Unidas frente al Cambio Climático en Bonn, Alemania (30 de Abril – 10 de mayo) el foco se orientó en negociar lo que se conoce como “El Libro de Reglas”, el conjunto de reglas para la implementación del Acuerdo de París.

Estas negociaciones hacen de 2018 un año especialmente importante: “Yo he hablado de la COP24 como un ‘París 2.0’. Si no logramos aprobar el programa de trabajo del acuerdo, el Acuerdo de París no tiene impacto” – explicó Patricia Espinosa, Secretaria Ejecutiva de la CMNUCC para Conexión Coral.

Los países deben alcanzar acuerdos en temas claves como la implementación y diseño de mercados de carbono, el proceso de transparencia, un mecanismo para el aumento de la ambición, y mecanismos de financiación que ayuden a los países más pobres a hacer la transición energética y a adaptarse a los impactos del cambio climático.

Los contaminadores no deben redactar la acción climática

A puertas de un proceso largo que aún debe ser negociado por los países miembros, la sociedad civil critica a los actores que se oponen al avance de la acción climática y a la influencia de los lobbies de combustibles fósiles en el proceso.

“En menos de siete meses, los países cerrarán el Libro de Reglas del Acuerdo de París, convirtiendo las aspiraciones del Acuerdo en acción real. Si estas normas y guías continúan siendo escritas con los grandes contaminadores mirando por encima las espaldas de los delegados de los países, podemos perder la oportunidad de cumplir las aspiraciones de París” explica Jesse Bragg, de la ONG Corporate Accountability.

Corporate Accountability, entre otras organizaciones, denuncia como las grandes empresas de petróleo, gas y carbón tienen acceso a las negociaciones gracias a organizaciones como la Cámara de Comercio de Estados Unidos o la asociación Business Europe. Esto les lleva a influenciar decisiones, parecer ‘más verdes’ como organización (conocido como Greenwashing) o promover falsas soluciones.

En esta sesión de Bonn, los países que representan más del 70% de la población del mundo han pedido a las Naciones Unidas que se adopte una definición de conflicto de interés y una regulación al respecto. Esto evitaría que organizaciones que retrasan la acción climática a nivel nacional o internacional pudieran influenciar las negociaciones de cambio climático.

No obstante, a pesar del elevado interés de la sociedad civil y algunos países, la negociación en este tema ha sido pospuesta hasta junio de 2019 ya que, debido al bloqueo de Estados Unidos y la Unión Europea, los países no lograron llegar a un acuerdo sobre cómo regular la presencia de los contaminadores en las negociaciones.

Países Europeos lideran el bloqueo

Durante las negociaciones también se presentó una carta firmada por 88 miembros del Parlamento Europeo de seis grupos parlamentarios distintos, pidiendo una definición y normativa sobre conflictos de interés en las negociaciones climáticas.

Asimismo, la sociedad civil europea presentó también una carta firmada por más de 100 organizaciones, pidiendo a Arias Cañete, Comisionado de Energía y Clima y líder de la delegación Europea en las negociaciones internacionales, que apoye una política de conflicto de interés.

“La Unión Europea ha bloqueado las políticas de conflicto de interés a nivel internacional, y ha vuelto a casa sin recibir ninguna reacción. Hoy en día vemos muchos más grupos prestando atención al tema, y que no aceptan que la UE se considere un líder climático mientras obstruya políticas tan importantes como esta” argumenta Pascoe Sabido, de Corporate Europe Observatory

Además, estos grupos presentaron un informe que detalla las “puertas giratorias” de varios países Europeos, entre gobiernos y empresas de combustibles fósiles. Dicho fenómeno hace referencia al traspaso de funcionarios públicos hacia labores en el sector privado y viceversa, con el riesgo de convertirse en lobistas de industrias sujetas a regulación.

El reporte, cuyos autores subrayan que no es exhaustivo, identifica 88 casos de puertas giratorias en solo 13 países: Austria, Bélgica, República Checa, Dinamarca, Francia, Alemania, Hungría, Italia, Noruega, Polonia, España, Suecia y el Reino Unido.

La dependencia de carbón en Europa es clave impide el aumento de la ambición de políticas del cambio climático. Al respecto, 25 de las 30 plantas eléctricas a base de carbón están localizadas en cinco países miembros: 9 en Alemania, 9 en el Reino Unido, 4 en Polonia, 1 en Italia y 1 en España.

"Hay una puerta giratoria entre la política y el lobby de los combustibles fósiles en todo Europa. No son casos aislados – es sistemático. La industria fósil tiene un interés enorme en retrasar la acción por el clima, y la puerta giratoria entre política y los lobbies es un caso serio de alarma” opina Max Anderson, miembro del Parlamento Europeo.

Regulaciones débiles frente a intereses extractivistas

Por un lado, Francia es un país donde no existen regulaciones ni legislaciones estrictas con respecto al fenómeno de puertas giratorias. Según el Código Penal Francés (Artículo 432-13), debe pasar un período de tres años después de haber trabajado en el sector privado para poder laborar en el sector privado.

Asimismo, se sanciona con o años o multas compensatorias de hasta 30,000 EUR si una persona deja el servicio público para asumir una función en una empresa privada en un sector donde hayan tenido influencia como funcionario público. Sin embargo, según señala el reporte, esto sucede todo el tiempo.

La empresa ENGIE, por ejemplo, se presenta como seguidora de la transición de energía verde mientras que por otro lado, mantiene una gran apuesta hacia las energías contaminantes como el gas y el carbón, al ser dueños de no menos de 30 centrales eléctricas de carbón.

Por su parte, en Alemania los vínculos entre políticos alemanes y la industria de carbón han sido documentados a profundidad. Las leyes del país indican que, tras abandonar funciones en el sector público, existe un periodo de 18 meses para notificar al gobierno antes de incorporarse al sector privado, el cual puede decidir la prohibición de dicho traspaso por hasta 18 meses. No obstante, no existen sanciones en el caso de no cumplimiento.

Asimismo, el informe considera que España puntúa “bajo” en el índice de rendimiento climático, es decir, en sus esfuerzos para una transición hacia una sociedad eficiente energéticamente y baja en carbono. También subraya que se subsidian los combustibles fósiles con más de 2 mil millones de euros anuales y argumenta “considerable” el problema de puertas giratorias en el país.

Según el estudio, 58 anteriores ministros y altos funcionarios de partidos en España fueron directores de empresas del Ibex35 como Endesa o Gas Natural. El sector energético es el más representado en esta lista, con 26 directores - más de la mitad.

Los expertos argumentan que hace falta una política que regule las puertas giratorias y los conflictos de interés si se quiere avanzar la política climática. De momento, esto deberá esperar.


Escrito por

Andrea García Salinas

Comunicadora para el desarrollo. Especializada en ambiente y cambio climático. @dellazule


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